jueves, 27 de junio de 2013

El círculo que encierra la barra.

Por fin, llegó a mi.
De nuevo...de viejo.
Me vuelve a cerrar, en mi, me cura la herida por donde se me escapaba el aire de los pulmones. Me devuelve dentro la confianza, que me bañaba los pies de su color, mojados.

Y como si de una reliquia se tratase, mágico, para mi, vuelve a demostrarme con toda su fuerza de lo que es capaz, y a la vez, de lo que soy capaz.

Sutilmente, y como siempre fue, no necesito buscar algo, porque él me lo trae sin yo pedírselo. Y como siempre, una sonrisa es consecuencia de ello. Una sonrisa, y una actitud, un estar más cómodo, completo y seguro.

Ahora si soy capaz, y no te vas a escapar porque sé, que no vas a hacerlo.



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