He descubierto, que puedo entrar en el laberinto de mi mismo a través de la escritura.
Soledad, tiempo y paciencia es lo único que necesito.
Empiezas por la misma puerta de siempre, y atraviesas los mismos pasillos al principio, pero, cuando llegas a un cruce en el que antes parabas y dabas media vuelta para salir, buscas en el bolsillo y ahí está, un ovillo de lana, un papel donde escribir el camino. Tranquilízate, y sigue explorando.
No te autojuzgues, y déjate llevar por el instinto.
Descubrir murales y pinturas que contenía dentro, en lugares a los que nunca había llegado...
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