viernes, 31 de mayo de 2013

Mírate

A las ondas de los campos que dejan reflejos de los ojos del viento.

Y desde la oscuridad de uno mismo. De sus ojos cerrados. En soledad y silencio.


Uno no se conoce hasta que no cierra los ojos y los párpados reflejan la mirada hacia dentro de uno mismo.


No te has dejado mirar.
No te has dejado mirar porque tus lágrimas no te dejan verte por dentro.
Sin duda no te has dejado mirar. Porque te miro a los ojos y tus lágrimas me dejan verlo.


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